1821 - El comienzo de otra historia.
1821 fue el año del comienzo de la insurrección contra la ocupación otomana. Estos primeros movimientos revolucionarios se dieron en el Peloponeso y la ciudad de Kalávrita tuvo un papel destacado. Entre enero y marzo de ese año se llevaron a cabo en Egio cinco reuniones para dar comienzo a la lucha por la liberación, pero a nada se llegó. En tanto, Kalávrita se presentaba como la primera preparada para la lucha. Así se dio uno de los primeros golpes contra los turcos, un grupo de kleftes de la zona de Kalávrita interceptó a un grupo de mensajeros que llevaba correspondencia para el Pasá, en Ioannina. Días después un golpe similar fue dado contra un recaudador del Imperio.
El 21 de marzo unos 600 hombres armados, bajo el mando de Sotirios Jaralambis y Ioannis Papadopoulos entre otros, se reunieron y sitiaron Kalávrita. Luego de una lucha de 5 días el gobierno turco de la ciudad se rindió. Luego de la liberación de la ciudad y del monasterio de Agia Laura, se celebró oficialmente la reconquista.
El 25 de marzo se celebra el día de la liberación a nivel nacional, por ordenanza del Rey Othón del 27 de marzo de 1838.
En Kalávrita se celebra la liberación de la ciudad el 21 de marzo y el 25 se conmemora el aniversario en el monasterio de Agia Laura.
El 21 de marzo unos 600 hombres armados, bajo el mando de Sotirios Jaralambis y Ioannis Papadopoulos entre otros, se reunieron y sitiaron Kalávrita. Luego de una lucha de 5 días el gobierno turco de la ciudad se rindió. Luego de la liberación de la ciudad y del monasterio de Agia Laura, se celebró oficialmente la reconquista.
El 25 de marzo se celebra el día de la liberación a nivel nacional, por ordenanza del Rey Othón del 27 de marzo de 1838.
En Kalávrita se celebra la liberación de la ciudad el 21 de marzo y el 25 se conmemora el aniversario en el monasterio de Agia Laura.
Kalávrita hoy.
La ciudad, cargada con su sino trágico, resulta atrayente. A una altura de 750 metros sobre el nivel del mar tiene el beneficio de la nieve, a partir de la cual se levantaron en la zona importantes centros de esquí que le dan una jerarquía y una afluencia turística considerables; pero allí también están los testigos mudos de la masacre, siempre presentes, para que nadie olvide. Y los puntos de visita obligados estarán cargados de dolor.
El monumento en el lugar de la ejecución, desde donde la vista de la ciudad, construida en forma de anfiteatro resulta impactante. Aunque difícil es disfrutar de semejante vista cuando uno sabe qué sucedió en ese sitio, cuando uno tiene el monumento allí, tan presente, tan obvio, y el listado de los caídos, y sus edades... niños desde 15 años. Se puede visitar la iglesia del pueblo; su reloj sigue marcando las 2:34, hora de la masacre.
El colegio en el cual fueron retenidas las mujeres y sus niños, reconstruido luego de ser quemado, se transformó en el Museo del Holocausto de Kalávrita.
Todo en Kalávrita está marcado por la tragedia, pero la ciudad resulta cálida a pesar del frío; hermosa, entre tanta tragedia.
Y acaso lo más atractivo sea el modo de llegar a Kalávrita; dejando de lado la posibilidad de acceder por una moderna ruta asfaltada nos encontramos un viejo tren a vapor, de trocha angosta que atraviesa la montaña, partiendo de la ciudad costera de Diakoptó.
(continúa...)
El monumento en el lugar de la ejecución, desde donde la vista de la ciudad, construida en forma de anfiteatro resulta impactante. Aunque difícil es disfrutar de semejante vista cuando uno sabe qué sucedió en ese sitio, cuando uno tiene el monumento allí, tan presente, tan obvio, y el listado de los caídos, y sus edades... niños desde 15 años. Se puede visitar la iglesia del pueblo; su reloj sigue marcando las 2:34, hora de la masacre.
El colegio en el cual fueron retenidas las mujeres y sus niños, reconstruido luego de ser quemado, se transformó en el Museo del Holocausto de Kalávrita.
Todo en Kalávrita está marcado por la tragedia, pero la ciudad resulta cálida a pesar del frío; hermosa, entre tanta tragedia.
Y acaso lo más atractivo sea el modo de llegar a Kalávrita; dejando de lado la posibilidad de acceder por una moderna ruta asfaltada nos encontramos un viejo tren a vapor, de trocha angosta que atraviesa la montaña, partiendo de la ciudad costera de Diakoptó.
(continúa...)
No hay comentarios:
Publicar un comentario